Epicondilitis o codo de tenista: síntomas y tratamiento
El tenis es uno de los deportes más exigentes, y por ello también, que puede causar una amplia variedad de problemas físicos entre los que destaca la epicondilitis o codo de tenista.
Aunque este tipo de lesión no es exclusiva del tenis, si tiene un punto común en todos los que la sufren su origen en la naturaleza repetitiva de los movimientos de flexión de los brazos.
Este hecho que la hace común, los problemas que origina y su duración hace que sea importante conocer todo lo que rodea al codo de tenista.
Índice
Qué es y cómo se provoca la epicondilitis
La epicondilitis o codo de tenista es una lesión que afecta los tendones que conectan los músculos del antebrazo con la parte exterior del codo.
Su característica principal es el dolor y una mayor sensibilidad en el área externa del codo. Generalmente este dolor se irradia hacia el antebrazo y la muñeca, dificultando actividades diarias como agarrar objetos o girar la muñeca, especialmente si afecta al brazo que se usa principalmente.
Como ya hemos señalado, el codo de tenista es causado principalmente por el uso excesivo y repetitivo de los músculos y tendones del antebrazo. El resultado son pequeños desgarros en las fibras tendinosas cerca del codo. Esto genera una inflamación de los tendones y dolor en la parte lateral del codo.
Las actividades que más frecuentemente provocan epicondilitis incluyen:
- Deportes con raqueta: el tenis es una de las principales causas, de ahí el nombre de codo de tenista. Los movimientos repetitivos, como el golpe de revés mal ejecutado, pueden someter a los tendones del codo a una tensión excesiva. Esto puede ocurrir también en deportes como el pádel, el squash o el bádminton.
- Movimientos repetitivos en el trabajo: como carpinteros, pintores o jardineros, son susceptibles de sufrir esta condición. También el uso continuo del teclado puede provocar esta lesión.
- Técnicas incorrectas: todas causas anteriores se agravan si se realizan técnicas incorrectas que aumentan la sobrecarga del brazo.
- Acciones cotidianas que se repiten: levantar objetos pesados de forma continua o herramientas manuales pueden igualmente tensionar los tendones.
Síntomas
El codo de tenista origina unos síntomas muy evidentes y diferenciales, que facilitan su diagnóstico. Entre los problemas más comunes están:
- Dolor y hormigueo en la parte exterior del codo, que se agrava con la actividad física o se presiona sobre la zona.
- Debilidad en el antebrazo y la mano, dificultando tareas cotidianas como sostener una taza, girar una llave o levantar objetos.
- Rigidez en el codo que puede extenderse en el antebrazo. Esta es especialmente más evidente por las mañanas, antes de realizar tareas.
- Dolor que se irradia hacia la muñeca, incluso hasta la mano. Este es más común en episodios de epicondilitis moderadas o graves.
Es importante ponerle remedio ya que la epicondilitis suele mostrarse de forma brusca, pero si no se pone remedio, reduciendo en primer lugar la actividad, puede agravarse.
Cuánto dura la epicondilitis
La duración de la epicondilitis varía significativamente según la gravedad de la lesión, por ello es fundamental la rapidez con que se inicie el tratamiento y cumplir con las recomendaciones para su manejo.
En general, el codo de tenista dura desde varias semanas hasta varios meses. En algunos casos, si no se trata adecuadamente, se puede cronificar y mantenerse durante más de un año.
Factores que influyen en la duración de la epicondilitis
- Gravedad de la lesión: si se detecta y se trata de manera temprana, la epicondilitis puede mejorar en un plazo que no suele exceder las 4-6 semanas. Para ello solo es necesario reposo, fisioterapia y otros tratamientos conservadores. Mientras en casos moderados o graves puede tardar 3 a 6 meses en resolverse completamente.
- Cumplimiento del tratamiento: si se cumple el reposo, los estiramientos, los ejercicios de fortalecimiento y posibles terapias como la fisioterapia indiba prescrita por un profesional, la recuperación será más rápida. El uso adecuado de férulas o soportes también puede acelerar el proceso de curación.
- Cambio en los hábitos: como corregir la técnica en deportes como el tenis, usar el equipo adecuado y modificar las actividades que provocan la tensión repetitiva en el codo son claves para evitar la recaída.
El principal riesgo es que si la epicondilitis no se trata adecuadamente o se ignoran los síntomas durante mucho tiempo, puede volverse crónica. En estos casos, la recuperación puede tardar más de un año, y en algunos casos, los síntomas pueden ser recurrentes o persistir indefinidamente.
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Tratamientos
El primer tratamiento de la epicondilitis está en la prevención. Para ello, y como hemos señalado, hay que adoptar hábitos que reduzcan la tensión sobre los tendones:
- Mejorar la técnica en deportes que originan el codo del tenista, como los de raqueta.
- Fortalecer los músculos, especialmente del antebrazo, hombro y muñeca, es decir los que rodean el codo. Esto ayuda a proporcionar estabilidad y reducir la tensión en los tendones.
- Cambiar de hábitos, limitando las actividades repetitivas que impliquen los brazos y el codo.
- Reposo adecuado, descansando adecuadamente entre sesiones de actividad física o trabajo, ayudando así a la recuperación de los tendones.
- Calentamiento adecuado, estirando los músculos del antebrazo para prepararlos para la actividad.
- Uso del equipo adecuado, en el caso de los deportes de raqueta usar un grip (tamaño del mango) correcto, tener las cuerdas ajustadas y el peso adecuado.
Tratamiento paliativo de la epicondilitis
Si ya se tienen síntomas, el tratamiento como hemos visto depende de la gravedad de la lesión, pero los enfoques más comunes incluyen:
- Reposo, evitando las actividades que desencadenaron la lesión para dar tiempo a que los tendones se recuperen.
- Aplicar frio en la zona afectada durante 15-20 minutos, varias veces al día, para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
- Inmovilizar parcialmente el codo y antebrazo, con férulas o cabestrillos buscando reducir la tensión sobre los tendones.
- Fisioterapia, a través de estiramiento y fortalecimiento específicos para rehabilitar los músculos y tendones del antebrazo. También se pueden emplear terapias como ultrasonido o masajes para aliviar la inflamación.
- Tratamientos médicos, en casos de dolores importantes como algunos antiinflamatorios o incluso infiltraciones. En casos muy graves puede ser necesario un procedimiento quirúrgico para reparar el tendón dañado.
Ejercicios de rehabilitación
Los ejercicios de rehabilitación son esenciales para el tratamiento de la epicondilitis por varios motivos:
- Reducir el dolor.
- Mejorar la fuerza.
- Aumentar la flexibilidad de los músculos.
- Prevenir recaídas.
Esto se puede realizar a través fundamentalmente de tres tipos de ejercicios:
- Estiramientos: orientados a mejorar la flexibilidad de los músculos del antebrazo y reducir la tensión en los tendones afectados. Estos estiramientos se centran en los músculos extensores y flexores del antebrazo.
- Fortalecimiento: también de los músculos extensores y flexores del antebrazo. Esto se puede realizar con extensiones de muñeca con resistencia, usando pesas o mancuernas ligeras, o flexiones de muñeca también con peso que no sea superio a un 1kg.
- Movilización: buscando mejorar la movilidad del codo y restaurar la coordinación y estabilidad del antebrazo. Estos ejercicios consisten en mover la articulación a lo largo de todo su rango de movimiento.
En todos estos ejercicios es importante:
- La progresión, comenzando con movimientos suaves y aumentando la resistencia gradualmente a medida que disminuya el dolor.
- Frecuencia, realizando ejercicios todos los días y si se siente dolor durante o después de los ejercicios, parar y si es necesario consultar a un fisioterapeuta.
¿Qué puedo hacer mientras me recupero de la epicondilitis?
Además de estos dos puntos, la recuperación es fundamental para lograr el equilibrio que permita que el codo se recupere adecuadamente y poder mantenerse activo para no perder forma física ni movilidad general.
Este descanso es relativo, es decir, no significa que ni se realicen actividades, solo que sean más moderadas:
- Limitan las actividades que agraven la lesión, como las actividades de raqueta o levantar pesos.
- Adaptar las actividades diarias que involucren el codo y antebrazo, buscando aumentar el uso del brazo no afectado o el uso de dispositivos ergonómicos.
- Realizar ejercicios alternativos, que no involucren el codo y el antebrazo y que con ello se consiga un descanso activo. Igualmente es importante mantener la movilidad con ejercicios suaves de estiramiento.
- Corregir técnica y hábitos, mejorar la ergonomía, postura o usos de herramientas.
- Fortalecer otros músculos, como el core y los hombros, con los que mejorar la estabilidad del cuerpo.
- Utilizar dispositivos de apoyo, como férulas o cabestrillos, para descansar la zona del antebrazo.
- Cuidar la dieta, ya que todo periodo de descanso, aunque se fomenten otros ejercicios, suele conllevar una reducción de la actividad física y del gasto calórico. Además, se puede introducir alimentos ricos en antioxidantes y antiinflamatorios (como frutas, verduras, pescado, frutos secos) para ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo.
En definitiva, la epicondilitis o codo de tenista puede ser dolorosa y limitante, pero con tratamiento adecuado y cambios en los hábitos que provocaron la lesión, se puede lograr una recuperación completa.
Bibliografía
Epicondilitis. Manual MSD. https://www.msdmanuals.com/es/hogar/traumatismos-y-envenenamientos/lesiones-deportivas/epicondilitis?ruleredirectid=756
Codo de tenista (epicondilitis lateral). Orthoinfo, American Academy of Orthopedic Surgeons.
Epicondilitis o codo de tenista: causa, síntomas y tratamiento. Cruz Roja, Hospital Victoria Eugenia. https://hospitalveugenia.com/blog/consejos-de-salud/codo-de-tenista-epicondilitis-causas-sintomas-tratamiento-traumatologo-sevilla/