La contaminación del agua y el riesgo para la vida
Un 71% de la superficie de la tierra está cubierta de agua. La encontramos en océanos y mares, principalmente, pero también casquetes polares, glaciares, ríos y lagos siendo un recurso imprescindible para la vida. Por ello, la contaminación del agua es uno de los problemas medioambientales más graves.
Pensemos, por ejemplo, que un 70% del agua dulce se dedica a la agricultura, siendo esencial para la alimentación de una población mundial creciente. Otro 20% va a la industria y el 10% restante, aproximadamente, al consumo doméstico. Aquí de nuevo la incidencia de la contaminación del agua es dramática, ya que el no acceso a agua potable conlleva graves enfermedades.
Por todo ello es tan importante conocer las causas, consecuencias y qué podemos hacer para combatirla.
Índice
¿Qué es la contaminación del agua?
Se conoce como contaminación del agua el proceso por el que se modifica la composición del agua hasta hacerla inservible para el uso que tiene destinado. Por ejemplo, es agua contaminada el agua dulce que no permita que se use para beber o para agricultura, pero también el agua de mares y océanos que no puede utilizarse para la pesca o para el baño.
La contaminación del agua es un problema grave y creciente que causas más de medio millón de muertes al año en el mundo por enfermedades graves como el tifus, el cólera o la disentería.
Existen diferentes contaminantes que inciden sobre el agua:
- Biológicos: como bacterias, virus o parásitos.
- Químicos: fertilizantes, pesticidas, fosfatos.
- Radioactivos.
A veces la contaminación es evidente, ya que tiñe el agua o genera olor, como ocurre cuando está afectada por desechos fecales, pero en otras ocasiones es invisible, lo que genera riesgos a veces más importantes. Todo ello conlleva la importancia del control del agua que consumimos y la lucha por evitarla.
Usos del agua
Existen dos grandes grupos de uso del agua. En primer lugar están los usos consuntivos, definidos como aquellos que conlleva un consumo que no genera su retorno al medio donde se ha captado o extraído. Estos usos son:
- Agrícolas: como hemos señalado es el uso principal y se centra en la agricultura de regadío.
- Doméstico: ya sea para beber, cocinar o para limpieza o aseo.
- Urbano: para labores de limpieza y servicios públicos donde es imprescindible el agua.
- Industriales: como materia prima, limpieza, refrigerante o depósito de vertidos en todo tipo de procesos industriales.
Generalmente esta agua procede de recursos hídricos de los denominados convencionales (como el agua embalsada), pero cada vez crece más las aguas recuperadas o desaladas especialmente en usos urbanos, pero también agrícolas o industriales.
En el caso de los usos no consuntivos, el agua se utiliza pero no se consume, devolviéndose al medio natural en el que es utilizada:
- Generación de energía hidroeléctrica.
- Transporte de mercancías y personas.
- Ocio y actividades deportivas en ríos, lagos, embalses o playas.
- Ambientales, el mantenimiento de la biodiverisdad y los ecosistemas acuáticos.
Causas de la contaminación del agua
Todos estos usos están condicionados por diferentes causas de contaminación. Su conocimiento es clave para la búsqueda de remedios. Aunque existen causas naturales, como la filtración de contaminantes naturales como el mercurio o el arsénico, la mayoría son por obra del hombre y una inadecuada gestión de residuos urbanos o industriales, o del tratamiento del suelo. Estas son las causas más importantes.
Actividades industriales y agrícolas
La industrialización llevó a un mayor uso del agua y a que generara vertidos de todo tipo de sustancias contaminantes que iban a parar a ríos y mares. Aunque con el paso del tiempo, y especialmente en los países desarrollados, se ha impuesto el tratamiento de aguas antes de ser vertidas, esto continúa siendo un problema importante en países en desarrollo. El río Ganges, por ejemplo, cuya cuenca surte a la mitad de la población de la India, es uno de los más contaminados actualmente.
Igualmente son muchos los residuos químicos de fertilizantes o pesticidas para agricultura o fecales por explotaciones de ganadería intensiva que acaban en los cursos de agua o acuíferos por filtración o escorrentía, siendo una de las causas principales de eutrofización.
Calentamiento global
El cambio climático, concretamente el aumento de la temperatura global, tiene efectos muy perjudiciales sobre los cursos de agua potable de dos formas contrarias pero ambas muy dañinas. En primer lugar a través de sequías, que no solo contribuye a que desaparezcan cursos fluviales de forma permanente o temporal, con estiajes largos, sino también que la calidad del agua sea inferior ya que disminuye su nivel de oxígeno.
Pero también el efecto contrario, las inundaciones, afectan a la calidad del agua contaminándola. Esto se produce tanto por materiales que se arrastran y acaban en los cursos de los ríos como porque se puedan colmatar con lodos y fangos.
Como acabamos de hablar, el cambio climático no solo tiene consecuencias para el planeta, también nos afecta directamente a nosotros. Precisamente de ello hablamos en uno de los vídeos de #PrevenirEsCuidar, nuestra línea de contenidos con la que queremos inspirarte para lograr tu bienestar.
Deforestación
La deforestación está muy relacionada con el punto anterior, la pérdida de masa forestal incide en el agotamiento de las fuentes hídricas, ya que ayudan a su filtración y no formar escorrentías.
Igualmente la pérdida de bosques ayuda a que se generen más residuos urbanos que a su vez generan una mayor proliferación bacteriana.
Actividades humanas
A pesar de los avances en el tratamiento de aguas fecales y residuales, y que su uso solo representa el 10% del total, su falta de tratamiento causa el 40% de la contaminación de aguas por nitrógeno.
De hecho, se calcula que el 80% de las aguas residuales a nivel mundial están sin tratar y acaban en las costas, llevando consigo todo tipo de residuos entre los que destacan los plásticos.
Transporte marítimo
Otro de los causantes principales de la contaminación de plásticos y micro plásticos viene derivado del tráfico marítimo, ya sea por barcos pesqueros o de mercancías.
Aunque el riesgo mayor, así como los efectos medioambientales más graves se deben a las pérdidas o accidentes marítimos que generan pérdidas de combustible, como ha ocurrido con petroleros.
Consecuencias de la contaminación del agua
Las consecuencias de la contaminación del agua son múltiples y variadas, afectando al hombre directa e indirectamente. Se pueden resumir en tres grandes grupos: salud, medio ambiente y económicas.
Consecuencias medioambientales
La contaminación hídrica deteriora prácticamente todos los ecosistemas, siendo más relevante en aquellos en los que el agua es el elemento fundamental como marismas o manglares.
Una de las consecuencias de la abundancia nutrientes inorgánicos, principalmente nitrógeno y fosforo, que contaminan el agua está en la proliferación de algas por proceso de la eutrofización.
Todo esto afecta a toda la flora y fauna de esos ecosistemas. Al reducir el oxígeno desaparecen o son sustituidas especies vegetales, lo que a su vez genera pérdidas y cambios en insectos e invertebrados, fauna acuática, la más afectada, y otros vertebrados que dependen de toda ella.
Consecuencias para la salud
La principal consecuencia son las enfermedades derivadas de beber agua no potable y contaminada entre las que destacan enfermedades diarreicas, el cólera, la disentería, la poliomielitis, la fiebre tifoidea o la hepatitis A. Estas enfermedades tienen una mayor incidencia y mortandad en la población infantil. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 550.000 personas al año mueren por enfermedades relacionadas por mal acceso a agua potable. Si se suman las muertes por mala higiene por falta de agua esta cifra alcanza el millón de personas.
Igualmente la captación de alimentos en aguas contaminadas como en la pesca junto a la utilización de aguas residuales para el riego agrícola o el consumo de ganado pueden transmitir contaminar los alimentos y perjudicar la salud.
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Consecuencias económicas
El deterioro de la calidad del agua frena el crecimiento económico y reduce la producción de alimentos. Así, por ejemplo, el rendimiento agrícola desciende a medida que aumenta la salinidad de las aguas y los suelos. La situación actual es tan grave que conlleva que cada año se pierdan alimentos para 170 millones de personas.
Aunque en la agricultura es donde se produce el impacto más directo, también se traslada a otros sectores:
- En la industria, donde los costes son más elevados, la productividad es inferior y con ello su competitividad se ve afectada.
- El turismo, ya que afecta como un factor disuasorio a la vez que limita la realización de muchas actividades recreativas.
- Los servicios públicos y su coste, esencialmente la sanidad en el que se incrementa su coste. Pero también se sabe que el mal acceso al agua afecta al desarrollo intelectual de los niños y su educación.
Soluciones para la contaminación del agua
Frente a este panorama tan negativo está en manos de todo paliar los efectos de la contaminación en el agua incidiendo en las causas que lo provoca:
- Luchar contra el cambio climático y en concreto al calentamiento global reduciendo las emisiones de CO2. Con ello se busca paliar los efectos negativos climáticos (inundaciones, sequías) como la acidificación, el exceso de dióxido de carbono en los océanos.
- Sustituir o al menos atenuar el uso de fertilizantes y plaguicidas químicos que acaban en los cursos de agua.
- Una mayor inversión en la depuración de aguas residuales, tanto en las que proceden del ámbito urbano (aguas fecales), como las aguas industriales. Un claro ejemplo es la industria textil y la compra masiva de productos low cost que proceden en michas ocasiones de países donde las normas medioambientales son más laxas.
- Limitar el uso de plásticos, contaminantes cuya degradación es muy lenta y que están causando graves problemas de contaminación en mares y océanos, pero también en ríos y lagos.
- Uso sostenible del agua para la producción de alimentos. Esta va desde la pesca, para que no se empobrezca la biodiversidad de los mares, pero también a la hora de producir productos agrícolas y en la ganadería, reduciendo su consumo o apostando por ganadería extensiva.
El agua es esencial para nuestra vida, es un recurso natural finito y muy sensible a las agresiones del hombre. Por todo ello, es labor de todos hacer un uso racional y conocer y fomentar prácticas que ayuden a que el agua potable llegue a todos.
