Cómo reducir el desperdicio alimentario en casa
Una de las paradojas más chocantes y graves del mundo actual es que mientras el hambre aumenta en buena parte del mundo en otra lo hace el desperdicio alimentario.
Se calcula que un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden en la cadena que va desde el productor hasta el consumidor.
Por todo ello es importante el papel activo de todos, desde distribuidores, empresas de restauración a consumidores para reducir el desperdicio de alimentos.
Si estamos todos concienciados podremos conseguir un mundo más justo y sostenible. No podemos olvidar que detrás del alimento está también un consumo de recursos, desde el agua a todos los insumos necesarios para su procesamiento y transporte.
Por todo ello conocer cómo reducir el desperdicio de comida es tan importante.
Índice
¿Por qué tenemos que reducir el desperdicio de alimentos?
Cualquier alimento que se descarte o deseche en la cadena de suministro no vuelve a poder utilizarse productivamente como tal. Esto hace que el desperdicio de alimentos sea tan relevante en un momento en que su producción, y su consumo, se ha multiplicado.
Como esta producción depende del uso de recursos del medio ambiente, todo desperdicio alimentario conlleva una pérdida irreparable. Con todo ello, si el progreso ha conllevado una degradación medioambiental, el desperdicio de comida es uno de sus causantes.
Lo vemos mejor en unas cifras:
- El desperdicio alimentario se cifra en un tercio de toda la comida producida.
- En cantidad, la comida desperdiciada en el mundo supone unos 1.300 millones de toneladas al año.
- El hambre avanzará. Si se alcanzan los 9.600 millones de personas en 2050 se necesitarían tres veces los recursos actualmente disponibles.
El desperdicio alimentario y el cambio climático
La pérdida de esta ingente cantidad de alimentos en los centros de producción, supermercados, restaurantes o nuestras cocinas tienen una clara repercusión en el cambio climático.
Cada vez que se produce un desperdicio alimentario:
- Se malgasta energía y agua, imprescindible para su cultivo, cosecha, transporte y procesado.
- Los alimentos que se pudren producen metano, uno de los componentes más peligrosos del efecto invernadero.
- El desperdicio de alimentos genera el 8% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por todo ello el desafío ante el aumento de la población mundial no solo está en producir más, también en desperdiciar menos.
💡 Conoce la Ley del cambio climático en España y sus medidas más relevantes.
Leyes contra el desperdicio de comida
Más allá de buenas prácticas y consejos como los que apoya la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, o el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12, consumo y producción sostenible.
En concreto en el punto 12.3 de los ODS se especifica como aspiración: reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores. También está la meta de reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha.
España es uno de los últimos países, con el proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, aprobado en el mes de julio de 2022 que apuesta decididamente por reducir el desperdicio alimentario.
Esta es la primera regulación sobre el desperdicio de alimentos que se promulga en España. Su objetivo es reducir la cifra alarmante de alimentos sin consumir que se desperdician en España: 1.364 millones de kilos/litros de alimentos, de 31 kilos/litros por persona, en el año 2020.
Los puntos clave de la ley son:
- La obligación de todas las empresas que intervienen en la cadena de suministro de disponer de un plan de prevención de las pérdidas y el desperdicio. El objetivo es tener un autodiagnóstico de sus procesos productivos, identificar dónde se produce desperdicio de comida y fijar medidas para minimizarlos pero también buscar que se destinen para otros usos.
- El establecimiento de una jerarquía de prioridades. La primera será el consumo humano a través de redistribución y donación. Para este último paso se suscribirán convenios de colaboración que especifiquen las condiciones de recogida, transporte y almacenamiento.
- Las entidades de receptoras de donaciones deberán garantizar la trazabilidad de los productos donados. En ningún caso puedan comercializarlos.
- Si no se pueden donar se podrán transformar en productos como zumos o mermeladas, por ejemplo, con la búsqueda de lograr el residuo cero. Cuando ya no sean aptos para el consumo humano, la preferencia de uso será, en este orden:
- La alimentación animal y piensos.
- Subproductos industriales ya como residuos.
- La obtención de biocombustibles o compost.
- Los restaurantes tendrán la obligación de facilitar al consumidor que pueda llevarse los alimentos que no haya consumido, salvo en los establecimientos tipo bufé libre. Para ello deberán disponer de envases aptos. Esta iniciativa no supondrá ningún coste para el consumidor.
También se establecen una serie de recomendaciones de buenas prácticas:
- Para disminuir el desperdicio de alimentos en establecimientos de alimentación que se dispongan de líneas de venta productos imperfectos o poco estéticos- También que se promueva la alimentación sostenible: el consumo de productos de temporada, de proximidad o ecológicos.
- Incentivar la venta de productos con la fecha de consumo preferente o de caducidad próxima.
- Por parte del Gobierno, adecuar las fechas de consumo preferente a la prevención del desperdicio, a través de acciones formativas y divulgativas.
- Que se ajusten las fechas de consumo preferente hasta el máximo que garantice la adecuada calidad de los productos.
💡 Descubre los beneficios de consumir frutas de temporada
Más alimento, menos desperdicio
Una menor pérdida y desperdicio de alimentos conlleva dos claras ventajas:
- Un uso más eficiente de la tierra.
- Mejora en la gestión de los recursos hídricos.
Todo ello genera un doble beneficio: en la lucha contra el cambio climático y en los medios de vida, consiguiendo una mejor distribución de los alimentos.
En este sentido, aunque la normativa española hemos visto que es reciente, desde hace casi una década se desarrolló en España la estrategia más alimento, menos desperdicio.
Esta se volcó en su último programa en concienciar a todas las partes implicadas, en concreto se centró en puntos como el conocimiento, la sensibilización, la colaboración entre distintos agentes económicos o la investigación e innovación.
Consejos para evitar el desperdicio de comida en casa y en los restaurantes
Los consumidores por tanto somos una parte fundamental en la lucha contra el desperdicio alimentario. Debemos ser conscientes y aplicar una serie de puntos con los que, con muy poco esfuerzo, conseguiremos grandes resultados.
Planifica la compra
Hacer una lista previa de los alimentos que verdaderamente se necesita requiere algo de tiempo, pero el ahorro en dinero y desperdicio alimentario es enorme.
En esta planificación no solo debe tenerse en cuenta que se tiene en casa y que uso se puede dar, también si se prevé comer fuera.
Aprovecha las sobras
Muchas de las comidas sobrantes pueden tener una segunda vida… por comida. Son tradicionales las sopas, cremas, croquetas, sándwiches, etc.
La comida no se tira. En el caso de las frutas que han madurado de más puedes hacer, zumos, batidos o mermeladas.
Incluso hay muchas webs de recetas que ofrecen ideas para aprovechar la comida sobrante y reducir el desperdicio alimentario.
💡Aquí te dejamos algunas ideas y recetas para aprovechar la fruta madura.
Usa el congelador
Aunque comprar productos frescos, de temporada y a granel, cómo ofrecen ya muchos establecimientos, esto es compatible con el uso del congelador.
Gracias al congelador podemos conservar muchos alimentos y disponer solo de lo que necesitemos en el momento necesario.
Conciencia a los demás
Todas estas buenas prácticas son imprescindibles que las fomentes con tu entorno. Lo puedes empezar a hacer compartiendo este post.
Pero con esta información lo lograrás mostrando todos los beneficios para la economía familiar y el medio ambiente que tiene la reducción del desperdicio alimentario.
Y es que, la reducción del desperdicio de comida es trabajo de todos.