¿Qué son los recursos naturales?
El hombre vive en un medio ambiente que no solo le rodea, le proporciona todo lo que necesita para su día a día y su futuro a través de los recursos naturales. Su variedad es precisamente la base de su importancia. Aunque algunos son imprescindibles, muchos otros son sustituibles, lo que permite incluso tener alternativas mejores tanto socialmente como medioambientalmente.
Y es que, incluso en algunos recursos renovables, su cuidado para garantizar el acceso tanto para las generaciones presentes como las futuras es fundamental. Por todo ello es importante no sólo conocerlos, sino también hacer una adecuada gestión de ellos.
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¿Qué son los recursos naturales?
Los recursos naturales son elementos que encontramos en la naturaleza o esta produce. Los seres humanos los utilizan para satisfacer sus necesidades, desde las más básicas como beber, alimentarse o protegerse del entorno que nos rodea alojándonos o vistiéndonos. Otros cubren otras necesidades menos importantes, pero con independencia de su uso, la mayoría coincide en un problema: la sobreexplotación.
Un consumo excesivo no solo puede generar un problema por el agotamiento de muchos, sino también otros añadidos como son la acumulación de residuos, el crecimiento de nuestra huella de carbono, los ritmos de producción insuficiente o el deterioro de espacios.
Por todo ello, en toda su variedad, desde los más finitos a los inagotables, debemos hacer un uso racional buscando no solo satisfacer nuestra necesidades o estilo de vida, sino la sostenibilidad.
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Tipos de recursos naturales
Existen muchas formas de clasificar los recursos naturales. La primera de ellas es según su ocurrencia, encontrando recursos naturales bióticos, los que tienen vida o alguna vez la tuvieron, como plantas, animales o el ecosistema en general, y los abióticos, componentes físicos y químicos sin vida, como los recursos hídricos, minerales o edáficos.
Por su disponibilidad de stock distinguimos otros dos grandes grupos, los recursos no agotables, que pueden ser utilizados como factores de producción en forma sostenida sin riesgo de extinción, frente a los recursos agotables, cuya utilización sostenida no es posible siempre o un periodo prolongado de tiempo.
Por último está la división según ritmo de regeneración o restauración, encontrando dos grandes grupos, los bienes renovables y los no renovables.
Recursos renovables
Los recursos naturales renovables, indispensables para la sostenibilidad ambiental y el bienestar humano, se distinguen por su inagotabilidad y capacidad de regeneración. En primer lugar, estos recursos son permanentes, lo que significa que su existencia no se ve amenazada por el uso continuo. Esta característica es crucial para garantizar un suministro constante a lo largo del tiempo y preservar la estabilidad de los ecosistemas.
Además, la clave de su renovabilidad radica en el hecho de que el ritmo de restauración o regeneración de estos recursos supera la tasa de consumo. Esta dinámica equilibrada entre utilización y renovación asegura que estos recursos puedan satisfacer las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para cubrir sus propias demandas.
Existen muchos ejemplos de recursos renovables:
- Biomasa: hace referencia a la energía obtenida a partir de materiales orgánicos como madera, residuos agrícolas, estiércol, entre otros.
- Mareas: la energía mareomotriz aprovecha las mareas o cambios en el nivel del agua para generar electricidad.
- Energía solar: esta puede ser convertida en electricidad mediante placas solares fotovoltaicas.
- Energía eólica: capturada mediante aerogeneradores, se convierte en electricidad.
- Energía geotérmica: utiliza el calor almacenado en el interior de la Tierra para generar electricidad o proporcionar calefacción.
A pesar de su carácter renovable hay que mantener especial cuidado con algunos de ellos. Por ejemplo, el agua, que se puede considerar recurso renovable también da síntomas de agotamiento o de no reposición a un ritmo necesario en algunos zonas o momentos temporales. Por ello, el ahorro de agua se antoja crucial a día de hoy. La Organización Mundial de la Salud trata este tema y otros relacionados con el modo en que utilizamos el agua diariamente en su artículo agua para consumo humano.
Recursos no renovables
Más atención hay que prestar a los recursos no renovables en cuanto son aquellos que su ritmo de extracción o consumo es superior al de su producción, como ocurre con los recursos geológicos.
Su carácter agotable o finito conlleva que se les tenga que prestar un especial cuidado para no acabar con ellos y adecuar las tasas de consumo, presente y futuro, a sus reservas.
Ejemplos de recursos no renovables son:
- Petróleo: recurso fundamental en la producción de combustibles, plásticos y muchos productos químicos.
- Gas natural: se utiliza para generación de energía, calefacción y como materia prima para la producción de diversos productos químicos.
- Carbón: fuente importante de energía utilizada en la generación de electricidad y en procesos industriales.
- Uranio: utilizado como combustible en centrales nucleares para generar electricidad.
- Minerales metálicos no renovables: incluyen minerales como el oro, la plata, el cobre y el hierro, utilizados en la fabricación de productos electrónicos, construcción y otros sectores industriales.
Importancia de los recursos naturales
Los recursos naturales, ya sean renovables o no renovables, desempeñan un papel crucial al cumplir diversas funciones tanto en el presente como en el futuro. No solo sustentan la vida en el momento actual, sino que también contribuyen significativamente al bienestar y facilitan el desarrollo futuro de individuos y sociedades.
Esta contribución se materializa de dos maneras fundamentales. En primer lugar, de forma directa, a través de la obtención de alimentos, minerales y diversas materias primas esenciales para la vida diaria. En segundo lugar, de forma indirecta, mediante la prestación de servicios ecológicos vitales que respaldan el equilibrio y la salud de los ecosistemas.
Es importante destacar que esta interacción con los recursos naturales se encuentra marcada por dos dimensiones que, en ocasiones, entran en conflicto. Por un lado, la dimensión económica, estrechamente vinculada al bienestar individual y colectivo, y por otro lado, la dimensión social, que busca un uso responsable de los recursos con el propósito de lograr una distribución más equitativa en la sociedad actual y futura.
Consecuencia de la sobreexplotación de recursos naturales
Uno de los efectos más perniciosos está en hacer un mal uso de estos recursos limitados, fruto de una sobrecapacidad en su extracción, consumo y uso. Pero estos no son los únicos problemas, también están:
- Impacto medioambiental: muchos de estos recursos pueden causar daños por la gestión de residuos, contaminación de recursos hídricos o generación de gases de efecto invernadero.
- Daños a los ecosistemas: desaparición de hábitats imprescindibles para flora y fauna, que incluso lleve a la extinción de especies.
- Perjuicio sobre la salud: con dolencias como las que afectan al sistema respiratorio en áreas de gran contaminación.
- Económicos: La degradación de suelos en nuestro planeta es creciente, con aumento de desertización que conlleva escasez de alimentos y sobrecoste.
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Soluciones a la sobreexplotación de recursos naturales
Todos estos problemas se resumen en la sobreexplotación de recursos naturales, pudiendo generar no solo escasez, sino también romper con el equilibrio con la naturaleza, generar una sociedad menos justa y equitativa, y con ello aumentar la pobreza.
Para superar esta sobreexplotación de los recursos naturales se pueden establecer diferentes estrategias, todas ellas complementarias e incluso interrelacionadas en la que colaboren todos los miembros de la sociedad: ciudadanos, empresas y organismos, sin ánimo de lucro y públicos.
Preservar los ecosistemas y recuperar aquellos deteriorados
El objetivo primario está en parar la pérdida de biodiversidad. Hay datos tan alarmantes que incluso afirman que se están extinguiendo 150 especies diarias. A partir de este punto se debe recuperar otros deteriorados y establecer una relación de aprovechamiento sostenible con espacios protegidos como Parques Nacionales o Reservas Naturales.
Avanzar hacia un consumo responsable
Uno de los problemas más evidentes es el sobreconsumo, con productos de duración una vida útil muy corta, algunos baratos, que además detrás de ellos están procesos de fabricación muy dañinos para la naturaleza, como ocurre con el sector textil. Por todo ello hay que aumentar la vida útil de lo que consumimos a la vez que se debe buscar que se utilicen materiales y recursos que respeten el medio ambiente y se reduzca el volumen de residuos.
Concienciación ciudadana
Hacia formas de vida más acordes con la fragilidad de nuestros recursos naturales y que van desde el uso de transporte público a compartir el privado. Son muchas las formas de economía colaborativa con las que reducir la huella que dejamos en el mundo.
La regla de las 3R
Empezando por un reciclaje de productos, fundamental para recuperar parte de los productos ya utilizados, reducir los residuos generados, por ejemplo, comprando productos a granel y reutilizar, dando una doble vida a parte de los productos adquiridos.
Promover la agricultura ecológica
También otras formas sostenibles de consecución de alimentos con los que reducir el daño medioambiental, desde el uso de abonos hasta la compra de productos de proximidad o de temporada.
Medidas legislativas que regulen la explotación de los recursos naturales
Se debe empezar por un estudio del impacto ambiental, pero también por una apuesta por medios de producción más limpios como el uso de energías renovables y no contaminantes.
Ejemplos de recursos naturales
Todo ello redunda en los recursos naturales que son muchos y variados, no solo vivimos de ellos, sino que nos rodean y tenemos una relación directa. Así, entre muchos, ejemplos de recursos naturales son:
- El paisaje, no solo el no transformado por el hombre, sino el que vemos en parques o huertos, por ejemplo.
- El agua, ya sea superficial en arroyos, ríos, lagos, embalses o mares, también la subterránea.
- La atmósfera, imprescindible para la vida y que de su calidad también depende nuestra salud.
- El suelo y las rocas, recursos naturales que creemos inagotables pero que su mal uso puede convertir en baldíos.
- Recursos geológicos renovables, como la biomasa, o no renovables, como rocas y minerales que les damos múltiple uso.
- Energía, también fuentes renovables como el sol o el viento, y las que no son como los hidrocarburos.
- La biodiversidad, tanto en su vertiente animal como vegetal, que dan soporte a la vida.
Por todo ello proteger nuestros recursos naturales es tan importante, medioambiental, social y económicamente y como os hemos mostrado en este post su protección y uso sostenible responsabilidad de todos.