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Los tres mayores gastos que tendrás en tu vida

bolsillo de un jean con una tarjeta y un billete de 100 dólares

A lo largo de tu vida tendrás que enfrentarte a muchos gastos, pero, tres de ellos serán especialmente determinantes y debes tenerlos en cuenta como tal.

En la actualidad, afortunadamente, cada vez son más las personas que toman conciencia de la importancia del ahorro, acudiendo a una gestión racional de su dinero, gastando lo justo y utilizando productos como los seguros de ahorro, las cuentas remuneradas, u otras opciones que produzcan rentabilidad.

Sin embargo, en muchos casos, esta toma de conciencia no viene acompañada de una puesta en práctica realista. Todos tenemos claro que lo primero que debemos hacer para poder ahorrar es gastar menos, pero para saber cómo gastan menos debemos detectar dónde gastamos más.

Generalmente pensamos que con hacer frente a los gastos hormiga, o a esos gastos ocultos que se generan en las casas, y de los que hablamos en este artículo, es suficiente, pero, realmente, para optimizar al máximo tu economía debes ser consciente de cuáles son los mayores gastos que vas a tener a lo largo de tu vida y cómo afrontarlos.

Vivienda

Da igual que tu plan sea una vivienda de alquiler, o, la adquisición de una casa, en cualquier caso el gasto de vivienda es uno de los principales que afrontamos a lo largo de nuestra vida, además de ser de los de mayor duración. Para una persona de mediana edad es fácil comprender el impacto del coste de la vivienda, tan sólo echando la vista atrás y calculando lo que lleva invertido en este apartado.

Sabiendo que éste va a ser uno de los principales gastos a lo largo de nuestra vida es interesante planificar cuanto antes cuáles son nuestros objetivos a corto, medio, y, largo  plazo.

En general lo más recomendable es acudir a aquellos ámbitos de gasto en los que realmente te puedas desenvolver de manera cómoda: dicho de otro modo y aplicado a la vivienda, no trates de abarcar más de lo que puedes. Ten en cuenta una cuestión a la que ya nos referíamos anteriormente al hablar de los gastos ocultos de una casa, el coste de tu vivienda no va a ser únicamente el coste de alquiler o la cuota de hipoteca.

Para los propietarios aparecen los impuestos, pero también aparecen los gastos de consumos, servicios, etcétera. Por tanto, cuando se habla del coste total que te va a generar la vivienda, ten en cuenta también todos estos gastos a los que nos referimos. Piensa que cuando superas el 30% de tus ingresos destinados exclusivamente a vivienda comienzas a situarte en un terreno peligroso. Si estás muy por encima de ese porcentaje debes procurar disminuirlo cuanto antes, de hecho, deberías tratar de disminuirlo en cualquier caso.

El transporte

Curiosamente este es un gasto al que no prestamos excesiva atención y, sin embargo, con el paso de los años se convierte en uno de los gastos principales. Ten en cuenta que no hablamos sólo del coste de tus desplazamientos, sino también del coste de los desplazamientos del resto de la familia.

También, hablamos de la adquisición de vehículos, del mantenimiento y reparación de los mismos, del coste de los seguros, y todo esto calculando que no tengamos que hacer frente a gastos extra, roturas, accidentes. Del mismo modo, los costes que generamos en otro tipo de transportes a lo largo de nuestra vida vienen a sumarse a esta categoría de gasto tan poco atendida y tan importante.

En general deberías tender a que los gastos totales de transporte no excedan nunca el 10% de tus ingresos brutos. Y esto realmente no es fácil. Del mismo modo que ocurre con la vivienda, tenemos tendencia a buscar productos que superen nuestra realidad económica, es decir, prestamos poca atención al impacto a largo plazo.

Busca los mejores métodos de transporte para ti y los tuyos, en el caso de vehículo propio ahorra dinero con un buen mantenimiento del coche, no cambies de vehículo si no es estrictamente necesario. Son ideas que pueden acompañarte en el tiempo, y que te van a posibilitar ahorrar mucho dinero.

Por supuesto otras cuestiones como la conducción eficiente, o una buena planificación de los transportes familiares, también van a ayudar en este sentido.

El consumo

Hemos dejado para el final probablemente el más difícil de controlar de estos tres gastos clave que tendrás durante toda tu vida. Si tienes en cuenta que dentro del consumo incluimos el gasto tanto en cuestiones elementales y básicas, como la alimentación, como cuestiones relativas como el ocio, entenderás que el consumo es uno de los principales gastos de cualquier economía personal.

Y, si bien, podemos ser bastante receptivos a la hora de plantearnos una casa más barata, un coche más barato, usar el transporte público, etcétera, nos cuesta mucho más renunciar a estilos de vida y modelos de consumo que hemos puesto en uso durante muchos años.

Tu mejor aliado en este caso va a ser algo tan sencillo como utilizar presupuestos. Elabora un buen presupuesto de gastos e ingresos, aprende dónde están esos gastos de los que podrías prescindir y cuyo dinero podrías dedicar, por ejemplo, al ahorro para tu futura jubilación.

Todo esto se puede acompañar de una optimización a la hora de realizar las compras, con una buena planificación de la cesta de la compra, con el uso de modelos de consumo razonables no basados en la compra compulsiva. Y, en definitiva, un poco dejando que nuestra economía se guie más por cubrir de manera correcta nuestras necesidades fundamentales, que por generar nuevas necesidades.

Un ejemplo muy claro de esto lo tenemos en los cambios de dispositivos móviles. En muchos casos cambiamos estos dispositivos cada muy poco tiempo, sin ser en absoluto rentabilizarlos, y obteniendo tan sólo mejoras relativas respecto a los anteriores dispositivos. Aplica esta lógica en general y encontrarás que consumimos mucho más de lo que necesitamos, y generalmente con poco tino.

Experto en Ahorro y Finanzas

Soy un apasionado de las finanzas personales y los impuestos. Me decido desde hace más de 15 años a escribir sobre ahorro, dinero, inversión y fiscalidad en diferentes medios.
Me gusta pensar que ayudo a las personas a mejorar su formación financiera y a tomar mejores decisiones sobre el dinero. De hecho, las finanzas conductuales son una de mis grandes pasiones. Y es que cuando se trata de nuestro dinero, somos mucho menos racionales de lo que pensamos. En mis artículos entenderás por qué.

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