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Meningoencefalitis ¿Qué es? Contagio, síntomas y secuelas

Mujer joven levándose las manos a la cabeza signo de cefalea

Mucho estamos escuchando últimamente sobre el importante incremento de casos de meningoencefalitis en nuestro país. Parece claro que la fiebre del Nilo occidental, de la que os hablamos el otro día, tiene mucho que ver en esto, pues puede provocarla cuando se agrava, pero por desgracia hay muchas más patologías que pueden  derivar en meningoencefalitis.

Quizás te estés preguntando qué es exactamente la meningoencefalitis, así que comencemos por ahí. Pues como todas las “itis”: otitis, faringitis, sinusitis… este término nos indica una inflamación, en este caso de las meninges y el encéfalo, por tanto del sistema nervioso central, el que controla prácticamente todo en nuestro organismo.

Si haces un poco de memoria recordarás que el encéfalo se compone fundamentalmente de 3 partes:

  1. Cerebro
  2. Cerebelo
  3. Tronco encenfálico

Y como veremos los efectos son distintos según qué zona esté inflamada.

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Meningoencefalitis, encefalitis y meningitis

Si solo estuviera inflamado por ejemplo el cerebro, hablaríamos de encefalitis, y supongo que ya te imaginas que el hecho de que tu cerebro se inflame nos indica una afección especialmente dañina.

Menos grave suele ser cuando se inflaman de manera exclusiva las meninges, esto es la meningitis. Las meninges son las membranas que recubren al sistema nervioso central, separándolo de los huesos que lo protegen: el cráneo en el caso del encéfalo, y la columna vertebral para la médula espinal.

Como en ocasiones la inflamación se da conjuntamente, o incluso clínicamente se duda sobre si es el encéfalo o las meninges lo que se ha inflamado, hablamos de meningoencefalitis. Posteriormente las distintas pruebas nos confirmarán el diagnóstico exacto.

Causas de meningoencefalitis

¿Y qué produce esa inflamación? Pues en la mayoría de los casos de meningoencefalitis una infección vírica, aunque también puede darse por una bacteria. En ambos casos es mucho más usual en los niños.

 Respecto al mecanismo que la origina, puede darse porque el microorganismo desencadenante invada y se multiplique dentro del sistema nervioso, o por una intensa respuesta inmune que da lugar a la inflamación.

Esto último quizás te resulte curioso, pero lo cierto es que la inflamación pone en marcha multitud de mecanismos de defensa, entre otros la destrucción de patógenos.

Patógenos implicados

El agente causal de la meningoencefalitis más frecuente actualmente, es un enterovirus ¿Los conoces? Puede que este término no te suene demasiado, pero si te digo que es una familia de virus dentro de la que encontramos a los responsables del síndrome boca-mano-pie, quizás te suene más familiar, sobre todo si tienes niños.

El síndrome boca-mano-pie, es habitual en los primeros años de vida, y se caracteriza entre otras cosas, por la aparición de pequeñas ampollas rojizas, bastante dolorosas… yo aún lo recuerdo, pues en casa nos tocó lidiar con él.

Los niños son más propensos a la meningitis y meningoencefalitis
Muchas infecciones infantiles pueden derivar en meningoencefalitis

Volviendo a la meningoencefalitis, en los adultos son también relativamente comunes las causadas por virus de la familia del herpes, como el responsable del herpes simple o  de la culebrilla (herpes zóster), mucho más doloroso.

Este pasado verano, sin embargo, nos sorprendió el incremento de meningoencefalitis, incluso mortal, por el virus del Nilo occidental, que ya en años anteriores había provocado diversos brotes en Andalucía, pero nunca tan extensos como este.

El virus del Nilo occidental, y otros cercanos que también pueden provocar meningoencefalitis, pertenecen a la familia arbovirus, y entre ellos encontramos a los virus causantes del dengue, la fiebre amarilla, la encefalitis equina…  Todos  unos  “angelitos” como puedes ver.

Finalmente algunos cuadros de meningoencefalitis pueden ser causados por bacterias, especialmente por el neumococo y el meningococo.

¿Es contagiosa?

Las formas de contagio de meningoencefalitis son muy diversas, al igual que los microorganismos que la provocan.

Desgraciadamente muchas se contagian de manera directa entre las personas, el contacto físico directo implica: tocar, besar, las relaciones sexuales y estar en contacto con una herida o secreción de distintos tipos.

Otros virus causantes de meningoencefalitis se contagian indirectamente, por tanto sin contacto físico. Entre esta vía de transmisión se incluye:

  1. Aérea, tras toser o estornudar
  2. Oral-fecal (por ejemplo por agua)
  3. Por superficies
  4. Las picaduras de mosquitos
  5. Las picadura de garrapatas

Casos concretos

En el caso de la meningoencefalitis causada por el virus del Nilo occidental, la transmisión se daba a través de las garrapatas, no entre personas. Sí que podría darse un contagio de ese tipo a través de transfusiones de sangre o trasplantes de órganos, pero son situaciones muy infrecuentes.

Si nos centramos en los enterovirus, que te recuerdo actualmente son los principales causantes de meningoencefalitis, debemos saber que el contagio se da por el líquido que contienen las ampollas que provocan, pero también por secreciones respiratorias, vía oral-fecal y por la saliva.

Son por lo tanto virus muy contagiosos, pero no nos alarmemos, lo cierto es que la gran mayoría de las veces dan lugar a infecciones benignas.

Síntomas de la meningoencefalitis

Como os decía al principio, la meningoencefalitis es un cuadro mixto, de encefalitis y meningitis. Como usualmente los síntomas de infección de las meninges se dan antes que los de afectación del encéfalo, me ha parecido oportuno diferenciarlos.

Eso sí, ten en cuenta que en la meningoencefalitis ambos grupos de síntomas terminarán presentándose al mismo tiempo, lo que nos indica un agravamiento de la infección, y su avance hacia las principales zonas del sistema nervioso central, quizás incluso al cerebro.

Síntomas de meningitis:

  1. Fiebre alta
  2. Cefalea intensa
  3. Vómitos o nauseas
  4. Intolerancia a la luz
  5. Rigidez de cuello
  6. Marcada irritabilidad
  7. Malestar general

ℹ️ Si sufres cualquiera de estos síntomas, debes acudir al médico de inmediato. Una atención ágil y de calidad es posible con nuestros seguros de salud. Calcula el precio de tu seguro de salud con Aegon aquí.

Fotofobia: otro síntoma de la meningitis y la meningoencefalitis
La fotofobia o intolerancia a la luz, es típica de la meningitis

Respecto a los síntomas de la encefalitis son muy diversos, pues dependerá del área del encéfalo afectada.

En el pasado no era extraña la encefalitis causada por la enfermedad de la rabia, hoy prácticamente erradicada en la Unión Europa, de nuevo gracias a la vacunación.

Por desgracia no podemos cantar victoria, pues sigue activa en algunas zonas de África y el este de Europa, y se han detectado varios casos derivados del transporte de animales.

La rabia es considerada la infección más mortal para los humanos, y esto se debe a que el virus que la causa es capaz de viajar hasta el cerebro, inflamándolo, da lugar por tanto un tipo de encefalitis muy peligrosa.

Veamos cuales son los síntomas más frecuentes de esa inflamación, y también los derivados de la inflamación de otras zonas de encéfalo.

Síntomas de encefalitis:

  1. Descoordinación motora
  2. Confusión mental
  3. Somnolencia
  4. Temblores
  5. Convulsiones

Existen otros, muy  variados, resultado del agravamiento de la meningoencefalitis: dificultad al hablar, al tragar, caminar, alucinaciones, agresividad, parálisis… pero insisto en que se trata de cuadros sumamente infrecuentes en nuestro país.

Secuelas de la meningoencefalitis

Cuando la meningoencefalitis es benigna, no suele dejar secuelas, este es el caso las originadas por infecciones víricas. Si me lo permites, aprovecho además aquí para recordarte que, para su prevención,  lo mejor es el lavado frecuente de manos, como para muchas otras infecciones virales.

Cuando hablamos de las de origen bacteriano la cosa cambia… y es que sí que es habitual que se presenten complicaciones en el largo plazo, incluso algunas de ellas dejan secuelas hasta en el 50% de los casos.

En los niños las secuelas más frecuentes de una meningoencefalitis bacteriana son: sordera o disminución de la audición, problemas de neuro-desarrollo, de conducta,  e incluso pueden derivar en cuadros de epilepsia y ceguera.

En adultos son más comunes los problemas de fatiga intensa, pérdida de memoria, dificultad de concentración,  pérdida de audición, dificultades motoras y pérdida de sensibilidad en distintas áreas, según la zona del encéfalo que haya sido dañada.

El papel de las vacunas

Como os comentaba anteriormente debido al desarrollo de vacunas contras las bacterias que suelen causar meningoencefalitis, el meningococo y el neumococo, y también contra diversos virus, la meningoencefalitis es cada vez más infrecuente.

Por poner un ejemplo los casos provocados por meningococos se redujeron más de un 70% tras la introducción de la vacuna, ya en el año 2000.

Me parece importante que lo recordemos, pues el porcentaje de padres que se niegan a vacunar a sus hijos se encuentra en aumento. Es cierto que las vacunas, como cualquier fármaco, pueden presentar complicaciones, pero desde luego también son muy útiles.

Si quieres más información sobre este tema, y que sea rigurosa, te enlazo nuestro artículos sobre 👉 la importancia de la vacunación.

Como ves la meningoencefalitis no es ninguna broma, y es que una vez que se inflama nuestro sistema nervioso central, todo puede fallar. Al fin y al cabo ¿Hay algún órgano más preciado que nuestro cerebro?

Espero que te haya gustado nuestro artículo, y que ahora que conoces los efectos de la meningoencefalitis tomes conciencia para protegerte y para proteger a los tuyos.

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Especialista en Salud Natural y Dietética

Máster Universitario en Salud Natural y Nutrición. Experta en Alimentación Antiinflamatoria y psiconeuroendocrino-inmunología, el área de la ciencia que estudia la relación del sistema nervioso con el resto de nuestro organismo. Diploma de estudios avanzados en: Microbiota, inmunidad y sistema digestivo. Cursos de doctorado en: Biología del Cáncer. Autora de los libros: "¿Y ahora qué puedo comer?" y "Comer para cuidarse". Compagino la pasión de mi trabajo en consulta con la impartición de diversos cursos y las charlas divulgativas.

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