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Acatisia o inquietud en las piernas: causas y tratamientos

hombre sufriendo acatisia

La acatisia es una condición caracterizada por una inquietud interna y una incapacidad para estar quieto, que puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo, incluyendo las piernas. Las personas que lo padecen, si se quedan quietas, experimentan un profundo malestar.

La acatisia puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos, como los antipsicóticos, antidepresivos y antieméticos, entre otros. También puede ocurrir como resultado de la interrupción repentina de estos medicamentos. Se estima que hasta un tercio de las personas que toman este tipo de medicamentos de forma regular presentan el síndrome.

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¿Qué es la acatisia?

La acatisia es un síndrome que se caracteriza por una sensación de inquietud constante, tanto a nivel fisiológico como mental. Este término se utiliza sobre todo para describir reacciones adversas a determinadas sustancias psicoactivas o síntomas derivados de la interrupción de su consumo.

Se manifiesta como un estado emocional de tipo ansioso que puede incluir solo síntomas cognitivos o también signos físicos, relacionados fundamentalmente con la necesidad de permanecer en movimiento. Es decir, la acatisia afecta tanto físicamente como mentalmente.

La palabra “acatisia” proviene del griego y se puede traducir como “incapacidad para sentarse”. Fue acuñada por el neuropsiquiatra checo Ladislav Haškovec, quien describió por primera vez este trastorno en el artículo titulado L’akathisie, en 1901.

La acatisia provoca que el cuerpo no pueda parar de moverse y, por tanto, esto sucede también en las piernas.

Los síntomas de la acatisia pueden incluir:

  • Inquietud motora: la persona siente una necesidad constante de moverse y no puede permanecer quieta
  • Impulsos incontrolables para moverse: la persona puede tener la sensación de que sus piernas o brazos están obligados a moverse
  • Dificultad para estar sentado o parado en un solo lugar: la persona puede tener la necesidad constante de caminar o pasear
  • Ansiedad: la persona puede sentir una sensación de ansiedad o de malestar físico que no se puede explicar
  • Depresión:  este síndrome puede afectar negativamente a la salud psicológica de las personas y provocar en ellas pensamientos negativos
  • Insomnio: la persona puede tener dificultades para dormir debido a la inquietud motora, haciendo que no pueda descansar como debería
  • Agitación emocional: la persona puede sentirse emocionalmente agitada y tener dificultades para concentrarse o relajarse
  • Irritabilidad y agresividad: la intranquilidad y el movimiento continuo puede hacer que la persona que la padece se muestre agresiva
  • Pérdida de apetito y, a veces, pérdida de peso
  • Ideación suicida: la salud y la calidad de vida de la persona se verá afectada, lo que hará que pueda provocar un problema de salud mental (pensamientos negativos, trastornos y pensamientos suicidas)

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Tipos de acatisia

  • Acatisia aguda: habitualmente producida por la prescripción de algunos fármacos antipsicóticos
  • Acatisia crónica: se denomina así cuando el cuadro ha persistido por un largo período de tiempo
  • Acatisia por deprivación de sustancias: al interrumpir de forma repentina algunos medicamentos
  • Acatisia de Bing-Sicard: este es un término que se ha utilizado para describir la aparición de acatisia en trastornos parkinsonianos como la enfermedad de Parkinson y el parkinsonismo post-encefalítico

Causas de la acatisia

La acatisia puede tener causas diversas, aunque la más común es como efecto secundario de ciertos medicamentos. Los medicamentos que con mayor frecuencia causan acatisia son los antipsicóticos, los antidepresivos y los antieméticos. Otros medicamentos, como los anticonvulsivos y los medicamentos utilizados para tratar el trastorno bipolar, también pueden causar acatisia en algunos casos.

Se cree que puede ser porque estos fármacos bloquean los receptores de dopamina, un neurotransmisor que incide en el movimiento. Sin embargo, también se sospecha que en la acatisia intervienen otros neurotransmisores, como la serotonina, la acetilcolina y el GABA.

Este efecto secundario también se presenta en personas que toman otros medicamentos:

  • Sedantes
  • Antivertiginosos
  • Bloqueadores de los canales de calcio
  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)

Esta afección es más probable en las personas que reciben altas dosis del medicamento, que aumentan las dosis en forma muy rápida o son adultos en la mediana o tercera edad.

Además de los medicamentos, la acatisia también puede ser causada por trastornos neurológicos, como la enfermedad de Parkinson, o por trastornos psiquiátricos, como el trastorno bipolar, como ya te he adelantado. El consumo excesivo de cafeína o la abstinencia de drogas también pueden desencadenar acatisia en algunas personas. En algunos casos, la acatisia puede ser causada por una combinación de factores, como la predisposición genética y la exposición a medicamentos que la desencadenan.

Tratamientos

El tratamiento de la acatisia depende de su causa subyacente. Si la acatisia es un efecto secundario de un medicamento, puede ser necesario ajustar la dosis del medicamento o cambiar a otro medicamento que tenga menos probabilidades de causar este efecto secundario. En algunos casos, puede ser necesario interrumpir el medicamento gradualmente bajo supervisión médica.

Los medicamentos antiparkinsonianos, como la benzatropina y la trihexifenidilo, pueden ser efectivos para reducir los síntomas de la acatisia, especialmente si son causados por los medicamentos antipsicóticos.

Los medicamentos ansiolíticos, como las benzodiazepinas, también pueden ayudar a reducir los síntomas de la acatisia. Además, el médico puede recomendar cambios en el estilo de vida, como reducir el consumo de cafeína y otros estimulantes, practicar técnicas de relajación y hacer ejercicio regularmente.

La terapia psicológica también puede ser de gran ayuda para prevenir la aparición de ciertos síntomas en las personas que sufren acatisia y que, sin duda, supondrán un beneficio para su calidad de vida.

Un profesional de la psicología puede trabajar con la persona que tiene acatisia periódicamente para evitar que pueda desarrollar problemas psicológicos como la depresión o la ideación suicida.

A través de la terapia psicológica, el profesional podrá trabajar con la persona de manera que pueda saber cómo se siente y cuál es la mejor manera de ayudarla. Se pueden trabajar aspectos como la autoestima de la persona, y la gestión emocional, enseñándole a escuchar, aceptar y manejar sus emociones, para poder evitar esos pensamientos negativos.

💡 Para saber más sobre cuándo ir al psicólogo, visita nuestro artículo al respecto.

Es importante destacar que la acatisia es una condición médica seria y requiere atención y tratamiento profesional. Si bien no existe tratamiento natural específico para la acatisia, hay algunas medidas generales que podrían ayudar a aliviar los síntomas de inquietud. Algunas estrategias a considerar son:

  • Aumentar el consumo de la vitamina B6: la cual se encuentra en alimentos como carnes, pescados, frutos secos y verduras.
  • Evitar el consumo de estimulantes: los estimulantes como el café, el , los refrescos y el chocolate pueden aumentar la sensación de inquietud. Tratar de reducir o eliminar su consumo puede mejorar los síntomas.
  • Reducir el consumo de azúcar.
  • Realizar una dieta saludable rica en omega 3.
  • Mantener una adecuada higiene del sueño, durmiendo y descansando lo suficiente.
  • Evitar el estrés: el estrés puede empeorar los síntomas de la acatisia. Identificar las fuentes de estrés en la vida y buscar formas de reducirlos o manejarlos de manera efectiva. Se pueden considerar técnicas como la terapia cognitivo-conductual o la práctica de mindfulness.
  • Tomar infusiones de hierbas relajantes.
  • Planificar actividades diarias para realizar.
  • Practicar técnicas de relajación: la meditación, la respiración profunda, la relajación muscular y otras técnicas de relajación como la de Jacobson pueden ayudar a reducir la ansiedad y la inquietud. Considerar la posibilidad de incorporar estas prácticas en la rutina diaria puede ser de gran ayuda.
  • Realizar ejercicio físico regularmente: el ejercicio regular puede ayudar a liberar endorfinas, mejorar el estado de ánimo y reducir la sensación de inquietud. Elige actividades que disfrutes, como caminar, nadar o practicar yoga.
  • Buscar apoyo emocional: compartir las preocupaciones y experiencias con amigos, familiares o grupos de apoyo puede aportar un alivio emocional y ayudar a manejar mejor los síntomas.

Recuerda que estos consejos son complementarios al tratamiento médico convencional y no deben reemplazar la atención médica adecuada.

La acatisia es un trastorno reversible. Sin embargo, el principal problema es que muchas de las personas afectadas, por los estigmas que existen sobre la salud mental, no informan al médico acerca de los síntomas. Por ello, es importante hablar con un médico si se experimenta acatisia o cualquier otro efecto secundario relacionado con los medicamentos, ya que el tratamiento debe ser personalizado y adaptado a las necesidades individuales de cada persona.

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Psicóloga
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Licenciada en Psicología, Máster en Trastornos Postraumáticos, Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales, Experta en Psicología de Emergencias y Catástrofes por el Consejo General de la Psicología de España, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Psicología Aplicada a Desastres, Urgencias y Emergencias (SEPADEM), Coordinadora del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes del Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias, y Vicepresidenta de la Federación Internacional de Psicología en Emergencias (FIPE-IFEP). Más de 20 años de experiencia en asesoramiento psicológico e impartición de actividades formativas presenciales y online.