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¿Qué tipos de dietas hay?

tipos de dietas

Estamos en una época en la que muchas personas se plantean cambiar sus hábitos alimentarios, así que surge la pregunta ¿Qué tipos de dietas existen? Si somos estrictos podríamos decir que tantas como personas, pues una dieta en realidad es, ni más ni menos, que el conjunto de hábitos alimenticios que tiene una persona.

Ahora bien, si has llegado hasta aquí puede que sea porque estás pensando en algo más concreto ¿Verdad? Pues entonces, y antes de profundizar en la gran variedad de tipos que hay, te dejo nuestro artículo: 💡 Dietas saludables para adelgazar o cuidarte.

En él encontrarás las características que nunca pueden faltarles, y toda buena dieta debe tener, pero no te preocupes, porque aquí mismo te vamos a dar las claves.

Aún así recuerda también la importancia de la personalización, pues según en qué momento vital te encuentres, y según tu actividad física, tus patologías, e incluso tu grado de estrés, te será más conveniente una dieta u otra. Y para personalizar tu dieta, no hay nada como acudir a un buen profesional.

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¿Qué es una dieta saludable?

Una dieta saludable es aquella dieta variada que incluye todos los nutrientes necesarios para un buen funcionamiento de nuestro cuerpo.

En una dieta saludable se incluyen alimentos de todos los grupos: lácteos, verduras, carnes, frutas y legumbres.

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Tener una dieta saludable contribuye a que nuestro sistema inmune sea mejor y por lo tanto cogeremos menos enfermedades y nos recuperaremos antes que alguien que no hace una dieta menos saludable.

Sigue leyendo, hemos preparado algunos ejemplos de dieta saludables que te serán muy familiares.

¿Qué alimentos destacan en los diferentes tipos de dietas saludables?

En toda dieta saludable destaca una alta ingesta de vegetales, que debe ser diaria. Los mejores son las verduras de hoja verde, por ser muy nutritivas y además muy ligeras. Estas las debemos combinar por supuesto con otros vegetales, como las hortalizas: calabaza, zanahoria, calabacín, pimientos…

Debe contener también proteínas de calidad, entre cuyas fuentes tenemos las legumbres y el pescado, que es una gran elección, por su omega 3 y sus beneficios contrastados para la salud. Así lo corroboran multitud de estudios  recientes. De hecho en varios países se ha incrementado su recomendación a 4 o 5 ingestas semanales.

Por otro lado están las grasas saludables, como el propio omega 3 del pescado, el aceite de oliva virgen o las nueces. Todo ellos alimentos buenos para nuestro corazón y nuestro cerebro. Finalmente debemos de incluir hidratos de carbono, que nos aportan energía: arroz, patata, pan… adecuando su cantidad a nuestro grado de actividad física.

Una de las dietas que cumple esas características, es sin ninguna duda, nuestra querida dieta mediterránea. Esta nos aporta además una deliciosa variedad de frutas, cargadas de antioxidantes protectores: en la naranja, las cerezas, los melocotones…

¿Y qué debemos evitar? Pues te sonará seguro, sobre todo grasas hidrogenadas y azúcares. Ambos muy presentes en productos ultraprocesados, que además en su fabricación pierden multitud de nutrientes. Nos referimos a las galletas, la bollería, las pizzas, snacks, refrescos, postres lácteos azucarados…

Desde luego hay muchas más, pero esta por cultura culinaria nos es más fácil de implementar.

Otros tipos de dietas saludables

Dietas saludables hay muchísimas, simplemente con tener un claro predominio de alimentos de origen natural, ya tenemos mucho ganado. Se han estudiado varias zonas del mundo, con regímenes especialmente beneficiosas para la salud, entre los que destacan:

  • La dieta atlántica: con menos frutas y legumbres que la mediterránea, pero con una gran variedad de verduras, pescados y moluscos: mejillones, berberechos…
  • La dieta de Okinawa: esta isla del pacífico se caracteriza por su gran longevidad. Se sabe que consumen una gran cantidad de antioxidantes en forma de vegetales y té verde, y también una buena cantidad de legumbres, a partir de la soja.
  • La dieta japonesa: con una gran cantidad de pescados y vegetales, pero también soja, arroz, algas y alimentos fermentados. Estos están cargados de probióticos que actualmente sabemos que afectan a nuestras defensas y nuestra digestión.
  • Dieta paleolítica: basada en los estudios de tribus con estilos de vida ancestrales. Es muy rica en vegetales y usan como principal fuente de carbohidratos los tubérculos, como podría ser la patata o el boniato.

Te dejamos nuestro artículo sobre prebióticos y probióticos, para que descubras más sobre ellos.

Un tipo de dieta saludable es la japonesa

A raíz de los estudios de estos tipos de dietas, muchos autores defienden que el estilo de dieta más saludable es la pesco-vegetariana, caracterizada, cómo no, por la alta ingesta de vegetales y pescados. En ella se evitan las carnes, y como otras fuentes proteicas, se incluyen las legumbres y los frutos secos.

Uno de los últimos estudios en avalar este tipo de dieta, nos hablaba de una mejor respuesta inmunitaria frente a la COVID. Otras investigaciones, señalaban también un menor riesgo cardiovascular, de algunos tipos de cánceres o su efecto neuroprotector.

Tipos de dietas para bajar de peso

Lo bueno de las dietas saludables, es que también engloban a los tipos de dietas para bajar de peso. Por desgracia, en este grupo no siempre se incluyen dietas realmente saludables.

Por ejemplo, las que se basan en restringir calorías sin tener en cuenta la calidad de los nutrientes de sus alimentos. Así podemos encontrarnos multitud de tipos de dietas basadas en productos tipos barritas, batidos, otros sustitutivos de alimentos…

A los que por muchas vitaminas que se les añadan, nunca tendrán la cantidad de micronutrientes que tienen los alimentos de origen natural, además de no enseñarnos a comer adecuadamente.

¿Qué consecuencias tiene todo esto? Un casi inevitable efecto rebote, y además mucha frustración. Lo que dificultará el aprendizaje de unos hábitos saludables.

Además de los tipos de dietas basadas en sustitutivos, existen otras dietas muy en boga par adelgazar,  sobre las que te dejo un enlace para que puedas investigar un poco más:

  • Dieta cetogénica: Incluye mucha grasa y muy pocos carbohidratos. Esto activa la cetosis, que nos permite quemar grasas más eficazmente, pero también puede presentar inconvenientes a nivel de salud. Por otro lado, es difícil de mantener en el medio plazo.
  • Dietas “detox”: con una alta ingesta de líquidos y pobre en algunos nutrientes importantes, como las proteínas y grasas de calidad. De nuevo tiene el hándicap añadido de que no nos enseñará a comer adecuadamente.
  • Dietas de frutas (de la piña, la manzana, la fresa…): En este caso también son muy pobres en proteínas y grasas de calidad. Tampoco te ayudarán a crear hábitos saludables.
  • Dietas hiperproteicas: A menudo recurren a un exceso de carne, que no es precisamente la fuente proteica más adecuada… En determinados colectivos, como aquellos con problemas de riñón e hígado, pueden dar lugar a complicaciones.
Los tipos de dietas hospitalarias recomiendan reducir la carne

Tipos de dietas hospitalarias

Tenemos además que mencionar aquí, algunas dietas terapéuticas, que a menudo son pautadas por los médicos especialistas en los hospitales. Es especialmente conveniente, que estos tipos de dietas sea realicen acompañadas de un dietista, para garantizar su equilibrio y eficacia.

Pongamos un ejemplo, si una persona tiene malestar estomacal, puede realizar por su cuenta y por unos días una dieta blanda, de la que te doy más detalles en este enlace. Sin embargo si padece una patología crónica y debe de mantenerla en el largo plazo, deberá ser acompañado por un profesional.

Te dejo por aquí otros tipos de dietas hospitalarias, aunque hay muchas más, pues muchas patologías mejoran cuidando la alimentación:

  • La dieta DASH contra la hipertensión: pobre en sal, azúcares y carnes rojas. En realidad es útil también en otras patologías metabólicas.
  • Dieta para la diabetes: en la que se controla de manera muy estricta la cantidad de hidratos de carbono, para ajustarla a las tomas de insulina.
  • Dieta FODMAP: Muy útil para el control de los síntomas digestivos en multitud de patologías intestinales, que por desgracia son cada vez más frecuentes.
  • Dieta para el colesterol y/o los triglicéridos: su elevación suponen alteraciones metabólicas que aumentan el riesgo cardiovascular. Para bajarlos, nada como comenzar reduciendo grasas de mala calidad y el exceso de hidratos de carbono, especialmente en forma de azúcares.
  • Dieta contra el ácido úrico: el ácido úrico favorece padecer gota, un doloroso trastorno articular. En esta dieta la elevada ingesta de agua es fundamental, y también reducir la ingesta de alcohol, refrescos o alimentos como el marisco.
  • Dieta para la menopausia: mantener una alimentación equilibrada en este periodo de nuestra vida es fundamental para prevenir multitud de patologías. Debido a que en esta etapa se reduce el gasto metabólico, es fundamental reducir la ingesta calórica.

¿Qué son las dietas hospitalarias?

Las dietas hospitalarias son menús específicos y personalizados para cada paciente, que cuentan con muchas especificaciones de qué debemos tomar y qué no. Su función es nutrir al paciente sin agravar la enfermedad que padezca.

Aunque estas dietas no suelen ser muy alentadoras debemos seguirlas estrictamente todo lo que podamos, ya que están elaboradas por los médicos y contribuyen a nuestra recuperación. Saltarse este tipo de dietas puede hacer que nuestra enfermedad dure más o nuestra mejoría sea más lenta.

Para finalizar…

No solo la menopausia es un periodo en el que deberemos prestar especial atención a cómo nos alimentamos, también durante el embarazo, tras el parto, en la lactancia… Todos ellos son momentos en los que nuestras necesidades fisiológicas varían, y debemos de adecuar nuestra alimentación a estos cambios.

Échale un vistazo a nuestro artículo ¿Puedo hacer dieta y adelgazar durante la lactancia? ¿Cómo?

También si tienes cambios importantes en tu actividad física, e incluso mental, te será muy útil adecuar y personalizar tu alimentación a estas circunstancias, para garantizar un aporte óptimo de nutrientes.

Como ves, los tipos de dietas son casi tantos como los tipos de personas, así que si quieres cuidarte, busca el tuyo junto a profesionales que te orienten sobre qué necesitas, y como lograr ese cambio de hábitos.

Ahora ya nos despedimos, y si te ha gustado este post, recuerda por favor compartirlo para ayudar a más personas a descubrir la dieta con la que conseguirá obtener su mejor versión.

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Especialista en Salud Natural y Dietética
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Máster Universitario en Salud Natural y Nutrición. Experta en Alimentación Antiinflamatoria y psiconeuroendocrino-inmunología, el área de la ciencia que estudia la relación del sistema nervioso con el resto de nuestro organismo. Diploma de estudios avanzados en: Microbiota, inmunidad y sistema digestivo. Cursos de doctorado en: Biología del Cáncer. Autora de los libros: "¿Y ahora qué puedo comer?" y "Comer para cuidarse". Compagino la pasión de mi trabajo en consulta con la impartición de diversos cursos y las charlas divulgativas.